domingo, 1 de agosto de 2010

30/07/2010

Esta tercera jornada se desarrolla tan sólo en horario la tarde. La mañana ha estado ocupada por el ensayo de La Mujer de la Lágrima –obra que presentarán Elena Córdoba y María José Pire el día 5, junto al estreno de los Museos del silencio, última serie de videos realizados en colaboración con Sylvia Calle.

Comienza Camille practicando de nuevo la danza del recto. En esta ocasión, aire, voz y movimiento se acercan cada vez más a su propio tiempo y ritmo escénicos.

A continuación, Montse baila su solo, construido igualmente a partir de la anatomía de esta parte del cuerpo. Al margen del –pretendidamente- imperfecto e inarmónico carácter de esta danza; sorprende la cantidad de movimiento que compone el conjunto de la pieza.

Elena quiere probar a mostrar en una misma escena los solos de cada bailarina. En un sentido funciona, dado que permite al espectador observar las diferencias entre dos danzas bailadas desde una misma parte del cuerpo. Sin embargo, la propia disposición del espacio hace que en vez de dialogar, los cuerpos acaben por contaminarse hasta borrar su singularidad propia. Cada danza tendrá así un distinto lugar y tiempo.

La última parte de este día lo dedican a ensayar la danza que cerrará la pieza. Montse, abatida por la fuerza de alguna suerte de dios; se retuerce hasta caer tendida en el suelo del escenario. Es la puesta en escena del momento en que Eva fue expulsada del paraíso. Carlos sugiere que a este final, aun respondiendo al desarrollo lógico de la obra; le falta algo del placer asociado a la acción de pecar. Quizá Montse pueda gemir mientras se hunde o quizá, como dice Elena, sea inevitable que dios acabe venciendo.

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