“Ningún ser que se alimente no participa de la muerte”
Las tres acciones que componen la sección dedicada al comer son a su vez tres danzas pre-existentes en el interior del cuerpo: la danza del tragar, en la que participan boca y esófago; la danza del digerir, que mueve el intestino delgado; y la danza del evacuar, en la que están implicados el recto y el ano.
La puesta en escena de estas danzas consiste en hacer visible la serie de movimientos que el cuerpo –consciente e inconscientemente- realiza para sobrevivir.
Una llamada de atención sobre la relación entre corporalidad y materia. Una forma de dar visibilidad al movimiento interno del cuerpo.
Porque todo lo que se mueve está vivo.
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